viernes, 14 de mayo de 2010
La hipófisis o glándula pituitaria es la glándula que controla el resto de glándulas, entre ellas la tiroides. Es una glándula compleja que se aloja en un espacio óseo llamado silla turca del hueso esfenoides, situada en la base del cráneo, en la fosa cerebral media, que conecta con el hipotálamo a través del tallo pituitario o tallo hipofisario. Tiene un peso aproximado de 0,5 g.
Partes
La hipófisis consta de tres partes:
Lóbulo anterior o adenohipófisis: procede embriológicamente de un esbozo faríngeo (bolsa de Rathke) y es responsable de la secreción de numerosas hormonas (ver más adelante).
Hipófisis media o pars intermedia: produce dos polipéptidos llamados melanotropinas u hormonas estimulantes de los melanocitos, que inducen el aumento de la síntesis de melanina de las células de la piel.
Lóbulo posterior o neurohipófisis: procedente de la evaginación del piso del tercer ventrículo del diencéfalo, al cual se le conoce con el nombre de infundíbulo, queda unido a través del tallo hipofisario; almacena a las hormonas ADH y oxitocina secretadas por las fibras amielínicas de los núcleos supraópticos y paraventriculares de las neuronas del hipotálamo.
Adenohipófisis
La adenohipófisis segrega muchas hormonas de las cuales seis son relevantes para la función fisiológica adecuada del organismo, las cuales son segregadas por 5 tipos de células diferentes. Estas células son de origen epitelial y como muchas glándulas endocrinas, están organizadas en lagunas rodeadas de capilares sinusoides fenestrados a los cuales se vierte su secreción hormonal. Los tipos de células se clasificaban antes de acuerdo a su tinción, y eran acidófilas, basófilas y cromófobas (o que no se tiñen). Pero en la actualidad se cuenta con técnicas de inmunohistoquímica, y se han podido identificar 5 tipos celulares:
Células somatótropas que segregan GH (acidófila).
Células lactotropas, o mamótropas que segregan PRL (acidófila).
Células corticótropas que segregan ACTH (basófila).
Células gonadótropas que segregan las gonadotropinas LH, y FSH (basófila).
Células tirotropas que secretan la TSH (basófila).
Las células cromófobas son en realidad células desgastadas y pueden haber sido cualquiera de las cinco anteriores.
Hormonas de la adenohipófisis
Hormona del crecimiento o somatotrofina (GH). Estimula la síntesis proteica, e induce la captación de glucosa por parte del músculo y los adipocitos, además induce la gluconeogénesis por lo que aumenta la glucemia; su efecto más importante es quizás que promueve el crecimiento de todos los tejidos y los huesos en conjunto con las somatomedinas. Por lo que un déficit de esta hormona causa enanismo y un aumento (ocasionado por un tumor acidófilo) ocasiona gigantismo en niños, y acromegalia en adultos, (consecuencia del previo cierre de los discos epifisiarios).
Prolactina (PRL) u hormona luteotrópica. Estimula el desarrollo de los acinos mamarios y estimula la traducción de los genes para las proteínas de la leche.
Las demás hormonas son hormonas tróficas que tienen su efecto en algunas glándulas endocrinas periféricas:
Hormona estimulante del tiroides (TSH) o tirotropina. Estimula la producción de hormonas por parte del tiroides
Hormona estimulante de la corteza suprarrenal (ACTH) o corticotropina. Estimula la producción de hormonas por parte de las glándulas suprarrenales
Hormona luteinizante (LH). Estimulan la producción de hormonas por parte de las gónadas y la ovulación.
Hormona estimulante del folículo (FSH). Misma función que la anterior.
la LH y la FSH se denominan gonadotropinas, ya que regulan la función de las gónadas.
Neurohipófisis
La neurohipófisis tiene un origen embriológico diferente al del resto de la hipófisis, mediante un crecimiento hacia abajo del hipotálamo, por lo que tiene funciones diferentes. Se suele dividir a su vez en tres partes: eminencia media, infundibulo y pars nervosa, de las cuales la última es la más funcional. Las células de la neurohipófisis se conocen como pituicitos y no son más que células gliales de sostén. Por tanto, la neurohipófisis no es en realidad una glándula secretora ya que se limita a almacenar los productos de secreción del hipotálamo. En efecto, los axoplasmas de las neuronas de los núcleos hipotalamicos supraóptico y paraventricular secretan la ADH y la oxitocina respectivamente, que se almacenan en las vesículas de los axones que de él llegan a la neurohipófisis; dichas vesículas se liberan cerca del plexo primario hipofisiario en respuesta impulsos eléctricos por parte del hipotálamo.
Hormona antidiurética (ADH) o vasopresina. Se secreta en estímulo a una disminución del volumen plasmático y como consecuencia de la disminución en la presión arterial que esto ocasiona, y su secreción aumenta la reabsorción de agua desde los túbulos colectores renales por medio de la translocación a la membrana de la acuaporina II; también provoca una fuerte vasoconstricción por lo que también es llamada vasopresina.
Oxitocina. Estimula la contracción de las células mioepiteliales de las glándulas mamarias lo que causa la eyección de leche por parte de la mama, y se estimula por la succión, transmitiendo señales al hipotalamo (retroalimentación) para que secrete mas oxitocina. Causa contracciones del musculo liso del útero en el orgasmo y también los típicos espasmos de la etapa final del parto.
Síndrome de Cushing
A principios del siglo XX, el neurocirujano Harvey Cushing (EE.UU., 1869-1939) comenzó a estudiar la glándula pituitaria, observando los efectos de un mal funcionamiento. Descubrió que una excrecion excesiva de adrenocorticotropina (ACTH) alteraba el metabolismo y el crecimiento, y le dio el nombre de síndrome de Cushing. Esta enfermedad, provoca debilidad en los miembros y fragilidad de los huesos. Cushing describió la pituitaria como "directora de la orquesta endocrinica", pero hoy se sabe que el verdadero director es el hipotálamo. El Cushing es un síndrome que afecta a varios sistemas y órganos, se caracteriza por una hipersecreción de cortisol (generalmente debido a una hiperplasia de la hipófisis). Los síntomas del Cushing son:
Cara redonda, rubicunda y congestiva, lo que se denomina "cara en luna llena".
Acúmulo de grasas en el cuello y nuca, lo que se conoce como cuello de búfalo.
Obesidad central (abdomen sobresaliente pero extremidades delgadas).
Estrías violáceas en abdomen, muslos y mamas.
Dolores de espalda.
Amenorrea
Aumento de vello púbico en mujeres.
Pueden aparecer otros síntomas secundarios: Hipertensión, Diabetes, Psicosis
Regulación hipotalámica
La hipófisis y el hipotálamo están conectados por un sistema capilar denominado sistema portal, el cual proviene de la arteria carótida interna y del polígono de Willis e irriga primero al hipotálamo formando el plexo capilar primario, que drena en los vasos porta hipofisiarios que a su vez forman el plexo capilar hipofisiario.
La importancia de este sistema es que transporta las hormonas liberadoras o hipofisiotrópicas que secreta el hipotálamo con fines reguladores de la secreción adenohipofisiaria. Estas hormonas son:
Somatoliberina (GHRH). Estimula la secreción de GH por parte de la hipófisis.
Corticoliberina (ARH). Estimula la secreción de ACTH por parte de la hipófisis.
Tiroliberina (TRH). Estimula la secreción de TSH por parte de la hipófisis.
Gonadoliberina (LHRH). Estimula la secreción de LH y FSH por parte de la hipófisis.
Hormona inhibidora de la GH (GHIH) o somatostatina. Inhibe la secreción de la GH por parte de la hipófisis.
La prolactina está regulada negativamente por dopamina, un neurotransmisor.
Hay que tener en cuenta que la regulación de la secreción de las hormonas hipofisiarias se realiza mediante un mecanismo de retroalimentación negativa el cual se establece entre el hipotálamo, la hipofisis y los receptores específicos para cada hormona, localizado en los órganos diana.
El proceso se realiza en el momento en que el sistema nervioso central recibe un estímulo, el hipotálamo recibe parte de ese estímulo y actúa sobre la hipófisis, a su vez, el hipotálamo secreta las respectivas hormonas en la adenohipófisis o libera las de la neurohipófisis; estas se incorporan a la circulación, viajan por medio de la sangre y son captados por receptores específicos ubicados en los órganos diana, un ejemplo es la captación de la TSH por parte de los lóbulos tiroideos de la glándula tiroides.
En ese momento el órgano diana, que en todo caso es cualquiera de las glándulas endocrinas comienzan a secretar sus propias hormonas, con lo que se envía un estímulo al sistema nervioso, específicamente al hipotálamo, o directamente a la hipófisis con lo cual se contrarresta el estímulo inicial.
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